¿A qué edad debo comenzar a adiestrar a mi perro?
La respuesta es simple… a cualquier edad, incluso con pocas semanas de vida. Un perro está en condiciones de aprender a las 7 u 8 semanas de vida.
La diferencia está en el nivel que éste alcanza. Preferimos llamar “educación” a lo primero que se le enseña a un cachorro apenas llega a nuestra casa, ya que es básico y todos los perros deberían recibirla. Esta educación implica conformar los límites o “rayado de cancha” que tendrá su comportamiento desde ahora en adelante; es decir, deberá aprender lo que está y no está permitido hacer. Se establecen, además, las posiciones dentro de la jerarquía de los miembros de la familia, incluido el perro, el que quedará siempre en la última escala. También es importante que el cachorro aprenda dónde puede hacer sus necesidades y cual es su lugar para dormir y refugiarse. No olvidemos, además que hasta aproximadamente los 4 meses el cachorro pasa por su fase de socialización, en la que establece relación con su entorno y todas las experiencias vividas quedarán marcadas para siempre en su mente. El cachorro aprende cosas nuevas muy rápido, al igual que los niños, y resulta interesante estimular su inteligencia enseñándole habilidades sencillas como sentarse o dar la pata. Cuando el perro se acerca a los 8 meses aproximadamente, se encuentra más maduro tanto física como psicológicamente y podemos exigir mucho más de él. Por eso muchos adiestradores nos dicen que comencemos el adiestramiento a esta edad. Podemos enseñar una mayor cantidad de órdenes, las cuales nos permitirán tener un mayor control sobre nuestro perro. Un adiestramiento básico consta de 5 órdenes que son: sentarse, echarse, andar junto, quedarse quieto y venir a la llamada. Esto resulta mucho más fácil para el perro si se han introducido estas órdenes desde cachorro (especialmente la llamada).
Si nuestro perro va a realizar una actividad más avanzada, conviene realizar un adiestramiento más especializado, como perro de guarda y defensa, perro de competencia o perro de exposición. Esto ya es como la “universidad” en la educación canina y requiere mayor perfección y disciplina.
Resulta importante, entonces, tener claro que nivel de adiestramiento queremos lograr con nuestro perro y asesorarnos con la persona indicada para cumplir con esos objetivos. Todos los perros debieran ser educados, ya sea por sus propios dueños o apoyados por un educador canino; de esta forma evitaríamos muchos problemas que hacen que haya tantos perritos abandonados, o dueños mordidos por sus propias mascotas.
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